
El dolor lumbar es una de las dolencias musculoesqueléticas más comunes a nivel mundial, afectando a personas de todas las edades y estilos de vida. Debido a la complejidad anatómica de la región lumbar, identificar la causa exacta del dolor puede resultar todo un desafío para profesionales de la salud y terapeutas. En este contexto, la valoración clínica mediante pruebas específicas se convierte en una herramienta fundamental para orientar el diagnóstico y el tratamiento adecuado. Dos de estas pruebas, ampliamente utilizadas en la práctica clínica, son el test de Lasegue y el test de Bragard, que ayudan a diferenciar entre diversas causas de dolor lumbar, especialmente cuando hay sospecha de afectación neurológica.
Estas pruebas funcionales permiten una evaluación sencilla y no invasiva que puede realizarse en un consultorio o incluso como parte de una valoración preliminar antes del tratamiento fisioterapéutico o deportivo. A través de movimientos controlados y dirigidos que tensionan estructuras nerviosas, el especialista puede identificar signos de irritación o compresión nerviosa que expliquen el dolor irradiado hacia las extremidades inferiores. Por ello, realizar adecuadamente el test de Lasegue y el test de Bragard es esencial para obtener información clínica relevante y decidir las siguientes etapas de evaluación o intervención.
Es importante mencionar que, aunque ambos tests están dirigidos a evaluar posibles pinzamientos o inflamaciones del nervio ciático, cada uno tiene propiedades particulares que los complementan y amplían el campo de exploración. El lasegue test, por ejemplo, se centra en la maniobra de elevación de la pierna para generar tensión directa sobre el nervio, mientras que la prueba de Bragard consiste en una maniobra adicional que puede confirmar o refutar las sospechas detectadas inicialmente. La combinación de ambos es una práctica recomendada para una valoración más precisa del dolor lumbar y las patologías asociadas.
Anatomía y fisiología relevante para la valoración del dolor lumbar
Comprender la anatomía y la fisiología involucrada en la región lumbar es clave para interpretar correctamente los resultados del test de Lasegue y el test de Bragard. La zona lumbar incluye la columna vertebral, musculatura paravertebral, ligamentos y los nervios que emergen de la médula espinal en esta región. En particular, el nervio ciático es el nervio más grande del cuerpo y se origina en la región lumbar y sacra, extendiéndose hacia las extremidades inferiores. Su trayectoria lo hace susceptible a irritaciones o compresiones, que se manifiestan con dolor irradiado hacia las piernas.
El origen del dolor lumbar puede tener múltiples causas: desde alteraciones estructurales como hernias de disco hasta procesos inflamatorios o desequilibrios musculares. Cuando el nervio ciático está afectado, da lugar a una sintomatología conocida como ciática, caracterizada por dolor, hormigueo o sensación de ardor que desciende desde la región lumbar a través del muslo y la pierna. Por ello, valorar la integridad del nervio a través de maniobras que lo estiren o tensionen puede evidenciar signos indicativos de compromiso nervioso, que es precisamente lo que buscan detectar el lasegue y bragard positivo.
Asimismo, la biomecánica lumbar depende de un equilibrio adecuado entre los músculos flexores, extensores y estabilizadores. Cuando uno de estos grupos está desequilibrado o existe rigidez en los tejidos blandos, se altera la presión sobre los discos intervertebrales y las raíces nerviosas adyacentes. Esta comprensión es importante para interpretar el dolor emergente en la realización del test lasegue y entender que un resultado positivo no siempre indica una hernia, sino que puede reflejar otras condiciones que generan irritación del nervio. La valoración global del paciente y la correlación con la clínica son definitivas en el proceso diagnóstico.
¿En qué consisten el test de Lasegue y el test de Bragard?
El test de Lasegue es una maniobra clínica que consiste en mantener al paciente acostado en decúbito supino mientras se eleva pasivamente la pierna afectada con la rodilla extendida. El objetivo es estirar el nervio ciático y las raíces nerviosas lumbares, generando tensión sobre ellas. Si durante este movimiento el paciente experimenta un dolor irradiado desde la parte baja de la espalda hacia la pierna, se considera que el lasegue test es positivo, lo que suele indicar irritación o compresión del nervio ciático. Sin embargo, es fundamental que el dolor se reproduzca en una zona distal y no solo en la zona lumbar para validar la prueba.
Cuando el primer paso del test de Lasegue genera dolor, se procede a realizar la siguiente maniobra complementaria, que es la prueba de Bragard. Esta consiste en disminuir levemente la elevación de la pierna y realizar dorsiflexión del pie, es decir, flexionar el tobillo hacia arriba, lo que aumenta la tensión en el nervio ciático. Si este segundo movimiento reproduce o intensifica el dolor, el bragard test se considera positivo y refuerza la sospecha de afectación neurológica. La combinación de estas dos maniobras permite discriminar mejor entre dolor musculoesquelético y dolor referido o irradiado por componentes nerviosos.
En cambio, si ambas maniobras no desencadenan dolor irradiado hacia la extremidad inferior, hablamos de un lasegue y bragard negativo, lo que sugiere que las estructuras neurales que se están evaluando probablemente no están comprometidas. Es importante comprender que la sensibilidad, la técnica aplicada y la interpretación de estas pruebas deben realizarse con experiencia para evitar falsos positivos o negativos, ya que existen otras causas de dolor lumbar que pueden generar molestia durante el examen sin que haya una patología neurológica efectiva.
Importancia clínica del test de Lasegue en el diagnóstico diferencial

El test de Lasegue es considerado una herramienta fundamental para la detección de ciática y hernias discales lumbares que compriman la raíz nerviosa. En la consulta clínica, un test de lasegue positivo orienta al profesional a realizar estudios complementarios, como resonancia magnética o electromiografías, para confirmar el diagnóstico y definir el plan terapéutico. No obstante, esta prueba debe enmarcarse dentro de un contexto clínico amplio, no debe ser el único criterio para establecer una conclusión diagnóstica.
El valor de esta prueba radica en su alta sensibilidad; es decir, es poco probable que una persona con afectación nerviosa relevante tenga un test de Lasegue negativo. No obstante, su especificidad es menor, porque existen otras causas de dolor lumbar que pueden ocasionar un resultado positivo, como la contractura muscular o la inflamación de tejidos blandos cercanos. Por ello, la interpretación clínica debe hacerse con prudencia y complementarse con otras exploraciones para evitar diagnósticos erróneos.
Además, en contextos de rehabilitación o fisioterapia, la realización adecuada del lasegue test permite identificar qué movimientos o posiciones exacerban el dolor y cuáles son seguros para la movilización y fortalecimiento. Así, es posible facilitar la prescripción de ejercicios personalizados que respeten la integridad del sistema nervioso y eviten complicaciones. La valoración del dolor mediante esta prueba aporta una guía clave que puede resultar en una recuperación más rápida y eficiente.
¿Qué indica un bragard positivo y cómo se interpreta?
Cuando la dorsiflexión del pie en la prueba de Bragard provoca la aparición o aumento del dolor irradiado, estamos ante un bragard positivo. Esta indicación es de gran importancia clínica porque confirma que la fuente del dolor es neural y no meramente muscular o articular. La maniobra aumenta la tensión sobre el nervio ciático y las raíces nerviosas lumbares, por lo tanto, su positividad es un signo específico de irritación o pinzamiento nervioso.
Un bragard test positivo se interpreta como un indicio claro de neuralgia ciática o radiculopatía lumbar. Esto ayuda a distinguir en el paciente aquel dolor que proviene directamente del compromiso nervioso y que puede requerir una intervención más especializada o incluso quirúrgica, en casos severos. De igual forma, esta prueba ayuda a planificar un tratamiento personalizado, limitando actividades o ejercicios que puedan agravar la condición y centrándose en la descompresión neural y la reducción de inflamación.
Por otro lado, debe saberse que un bragard positivo no identifica la causa exacta ni el sitio preciso de la compresión nerviosa. Por esta razón, siempre debe valorarse junto con la historia clínica, exploración física completa y pruebas complementarias. Sin embargo, su valor en la exploración física inicial es indispensable y permite una visión más sistemática y contrastada del dolor lumbar irradiado. La combinación del test de Lasegue con la prueba de Bragard es una estrategia altamente recomendada para la valoración de este tipo de dolor.
Limitaciones y contraindicaciones de las pruebas

Aunque el test de Lasegue y la prueba de Bragard son herramientas valiosas, también presentan ciertas limitaciones que deben considerarse. Por ejemplo, en pacientes con dolor agudo intenso o inflamación severa, la realización completa de ambas maniobras podría ser dolorosa y generar malestar adicional, por lo que es necesario ser cauteloso y adaptar la técnica a la tolerancia del paciente. En algunos casos, la prueba puede desencadenar espasmos musculares o ansiedad que dificultan una evaluación precisa.
Asimismo, estas pruebas pueden arrojar falsos positivos cuando hay contracturas musculares, hipersensibilidad o patologías ortopédicas en cadera y pelvis que simulan dolor irradiado. Es fundamental diferenciar estas causas para evitar diagnósticos erróneos y tratamientos inadecuados. Por tanto, la interpretación del resultado debe estar siempre sustentada en la experiencia clínica y complementada con otras técnicas diagnósticas.
En cuanto a contraindicaciones, estas pruebas no deben realizarse si el paciente ha sufrido recientemente fracturas, cirugías en columna o en presencia de inestabilidad lumbar manifiesta. También deben evitarse en casos de infecciones locales o enfermedades inflamatorias severas sin control, pues la manipulación de los miembros inferiores puede agravar la situación. En definitiva, el profesional responsable debe valorar cuidadosamente cada caso y decidir si es pertinente realizar estas maniobras o buscar alternativas de valoración.
Aplicación práctica en fisioterapia y rehabilitación
En el ámbito de la fisioterapia y la rehabilitación, el uso del test de Lasegue y el test de Bragard es frecuente para monitorear la evolución del paciente con dolor lumbar e identificar la mejora o empeoramiento de la afectación nerviosa. Durante las sesiones terapéuticas, estas pruebas permiten valorar la tolerancia a movimientos específicos y modificar el plan de tratamiento en función de la respuesta del paciente. La periodicidad y método en la aplicación deben ajustarse a cada caso y al grado de dolor presente.
Además, estos tests son herramientas educativas que ayudan al paciente a entender mejor su condición y a identificar posiciones o movimientos que podrían ocasionar o empeorar el dolor. Este conocimiento favorece la adherencia al programa de ejercicios correctivos y la prevención de episodios futuros. La implementación de un abordaje integral que combine la valoración mediante estas pruebas con técnicas manuales, fortalecimiento muscular y educación postural resulta fundamental para el éxito terapéutico.
Por último, el uso constante de estas maniobras conforma un registro clínico que documenta la progresión del paciente y facilita la comunicación entre profesionales de salud, como fisioterapeutas, médicos y especialistas en rehabilitación. Así, el lasegue y bragard positivo o negativo en diferentes etapas puede orientar ajustes terapéuticos que optimicen la funcionalidad y reduzcan el riesgo de cronicidad en el dolor lumbar. La aplicación correcta de estas pruebas impulsa un enfoque clínico más preciso y efectivo.
Conclusión
En definitiva, el test de Lasegue y la prueba de Bragard son dos evaluaciones clínicas complementarias que juegan un papel crucial en la valoración del dolor lumbar con posible compromiso nervioso. Su correcta ejecución y comprensión permiten identificar la posible presencia de ciática o radiculopatía, facilitando un diagnóstico diferencial más certero y la planificación de tratamientos personalizados. Son pruebas sencillas, rápidas y no invasivas, ideales para su aplicación tanto en atención primaria como en rehabilitación especializada.
Sin embargo, es necesario tener en cuenta sus limitaciones y realizar estas maniobras insertándolas siempre en un contexto clínico completo y acompañado de otras evaluaciones diagnósticas cuando sea necesario. La interpretación debe ser cuidadosa para evitar falsos diagnósticos y potenciales complicaciones. Además, su uso ponderado potencia la eficacia de los programas terapéuticos y la recuperación funcional en pacientes con dolor lumbar.
Por último, quienes aplican estas pruebas, ya sean fisioterapeutas, médicos o profesionales de la rehabilitación, deben contar con formación especializada y experiencia para asegurar que el lasegue y bragard negativo o positivo se utilice como una guía clínica válida y efectiva, contribuyendo así a mejorar la calidad de vida de quienes sufren dolor lumbar crónico o agudo.